miércoles, 17 de diciembre de 2008

Ética de la información

En la página http://isegoria.revistas.csic.es/index.php/isegoria/article/view/2/2, podemos saber ética de la información de Luciano Floridi, de Departamento de Ciencia Filosófica, Universidad de Bari; Facultad de Filosofía,Grupo de Ética de la Información (IEG), Universidad de Oxford.

¿Cuál es la principal novedad de la concepción de la ética de la información de Floridi frente a una ética aplicada?

En los últimos años la «Ética de la Información» (EI) ha llegado a tener sentidos distintos para los distintos investigadores que trabajan en una amplia variedad de disciplinas, entre las que se encuentran la ética de la computación, la ética empresarial,la ética médica, las ciencias de la computación, la filosofía de la información,la epistemología social y la biblioteconomía y documentación. Quizá esta suerte de Torre de Babel era inevitable, dado el carácter novedoso del campo y la naturaleza múltiple del propio concepto de información. Esta situación es lamentable,ya que ha producido cierta confusión sobre la naturaleza específica y el alcance de la EI.La mejor manera de dar cuenta de esta perspectiva es elaborar un esquema que nos ayude a centrar nuestra atención en el agente moral A.Intuitivamente podemos admitir que A es capaz de usar cierta información (información como recurso) para producir más información(información como producto) y que con ello interviene en su entorno informacional(información como objetivo).La Ética de la Información se ha venido definiendo, alternativamente, como el estudio de las cuestiones morales suscitadas por alguna de estas tres dimensiones de la información.Una ética aplicada, de carácter práctico y profesional y dependiente de cada campo. Las limitaciones de una concepción tan restringida de la EI se hacen evidentes si consideramos en detalle cada una de las dimensiones de la información.

Tras este repaso, parecería que el modelo recurso-producto-objetivo podría orientarnos inicialmente, al enfrentarnos a las múltiples cuestiones pertenecientes a las diversas interpretaciones de la Ética de la Información.Al mismo tiempo, este modelo rectifica la excesiva importancia que concedemos a determinadas tecnologías (es el caso específico de la ética de la computación) y nos obliga a concentrarnos en el fenómeno más básico de la información como tal, en toda su variedad y su larga tradición. Ésta era la postura de Wiener4 y, como ya se ha señalado en (Floridi, 1999a y Floridi y Sanders, 2002) las dificultades de todo tipo a que se enfrentan los fundamentos filosóficos de la ética de la computación, se relacionan con el hecho de que esta última no se considera aún como una ética fundamentalmente medioambiental, cuyo preocupación principal es (o debería ser) la gestión ecológica y el bienestar de la infosfera.

¿Qué se considera desde la EI como un paciente moral?

Toda entidad, qua objeto informacional, tiene un valor moral intrínseco, aunque
posiblemente sea un valor mínimo y relativo, y por lo tanto puede ser un paciente
moral, merecedor de un grado, aunque igualmente mínimo, de respeto moral,entendido como una atención cuidadosa, apreciativa y desinteresada (Hepburn,1984).

Las teorías deflacionistas del valor intrínseco tratan de identificar, por diversos medios, las condiciones mínimas de posibilidad del menor grado posible de valor intrínseco, aquel sin el cual una entidad carecería intrínsecamente de valor y, por lo tanto, no sería merecedora de ningún tipo de respeto moral. Tales estudios han llevado a los investigadores a avanzar desde unas condiciones antropocéntricas restrictivas hacia otras, aún antropocéntricas, pero más inclusivas, y más tarde hacia condiciones de carácter biocéntrico. La EI, que sería el estadio más reciente de este desarrollo dialéctico mantiene que incluso los análisis biocéntricos son aún excesivamente sesgados y de un rango excesivamente restrictivo.

De acuerdo con la EI, el criterio mínimo, para que algo pueda ser considerado como un objeto que, como paciente moral,pueda reclamar cierto grado de respeto, es más general que cualquier referencia biocéntrica a los atributos del objeto como entidad biológica o viviente; se trataría de un criterio informacional.

Entérminos más metafísicos, la EI mantiene que todos los aspectos e instancias del ser se merecen, en principio, alguna forma de respeto, por muy mínima y relativa que sea.Ampliar la concepción de qué podemos considerar como objeto de respeto moral, tiene la ventaja de permitirnos dar cuenta de la naturaleza innovadora de las TIC, que nos proporcionan un nuevo y poderoso marco conceptual. También nos permite tratar de manera más satisfactoria el carácter especial de algunas cuestiones morales, al contemplarlas desde una perspectiva teóricamente fuerte. Históricamente, la ética ha ido permanente avanzando desde concepciones muy
restringidas hacia otras cada vez más inclusivas sobre qué podemos considerar
como portador de valor moral: desde el ciudadano a la biosfera (Nash, 1989).

La Ética de la Información-como-recurso

El «intelectualismo ético» que de ello se deriva interpreta el comportamiento malvado y moralmente incorrecto como el resultado de una información deficiente. Y al contrario, la responsabilidad moral de A tiende a ser directamente proporcional al grado de información de A: una disminución en este último se correspondería con una disminución en la primera. Y es, en este sentido, que la información se presenta a modo de evidencia jurídica. También, en este sentido, se habla de la decisión informada de A, de su consentimiento informado o de su participación bien informada.

Desde la perspectiva del «recurso», parecería que la máquina de pensar y actuar moralmente necesita información, y mucha, para funcionar adecuadamente. Sin embargo, incluso dentro de los límites impuestos por un análisis exclusivamente basado en la información-como-recurso, debemos prestar una especial atención para evitar que el discurso ético se reduzca a una simple contrastación de la mayor o menor cantidad, cualidad e inteligibilidad de los recursos informacionales.

El famoso «velo de la ignorancia» de Rawls aprovecha precisamente este aspecto de la información-como-recurso, para desarrollar una concepción imparcial de la justicia
(Rawls, 1999). Estar informado no es en todos los casos una bendición y puede que sea incluso moralmente incorrecto o peligroso.

Independientemente de que centremos nuestra atención en la presencia (cuantitativa
y cualitativa) o en la ausencia (total) de información-como-recurso, es evidente que, en cierto sentido3, resulta perfectamente razonable describir la Ética dela Información como el estudio de las cuestiones morales suscitadas por estos tres conceptos: disponibilidad, accesibilidad y precisión de los recursos informacionales, sin importar su formato, clase o soporte físico. Ya hemos mencionado la postura de Rawls. Otros temas tratados por la EI en su interpretación como Ética de la Información-como-recurso, son la llamada brecha digital, el problema del empacho informacional, y el análisis de la fiabilidad (reliability) la confiabilida(trustworthiness) de las fuentes de información (Floridi, 1995).

La Ética de la Información-como-producto

La información desempeña una función moral es su papel como producto de las valoraciones y acciones de A. A no es sólo consumidora sino también productora de información y puede por ello estar sujeta a limitaciones y, a la vez, tener la posibilidad de beneficiarse de sus oportunidades. Tanto las limitaciones como las oportunidades deben analizarse desde un punto de vista ético. Así, la EI entendida como Ética de la Información-como-producto se ocuparía de las cuestiones morales que suscitan temas como, por ejemplo, la imputabilidad (accountability),la responsabilidad (liability), la legislación sobre la calumnia, el testimonio, el plagio, la publicidad, la propaganda, la desinformación y, en un sentido general, las reglas pragmáticas de la comunicación à la Grice. El análisis que ofrece Kant sobre la inmoralidad de la mentira es uno de los casos de estudio más conocidos, en la literatura filosófica, desde esta perspectiva de la Ética de la Información.

La historia del niño que falsamente gritaba «¡que viene el lobo!», la de Yago, confundiendo a Otelo, la de Casandra y Laoconte, advirtiendo sin resultado a los troyanos del peligro que encerraba el caballo de madera de los griegos, nos recuerdan que el manejo ineficaz de los productos informacionales, de nuevo, pueden tener consecuencias trágicas.

La Ética de la Información-como-objetivo

Además de los inputs de información (recursos informacionales) y de los outputs
(productos informacionales) de A, existe un tercer sentido en que la información
se presenta como susceptible de análisis ético. Nos referimos al modo en que las valoraciones y acciones morales de A intervienen en el entorno informacional. Pensemos, por ejemplo, en la actitud de respeto, o en su caso de ultraje, que A podría mostrar frente a la privacidad o la confidencialidad. El llamado hacking, entendido como el acceso no autorizado a un sistema de información (generalmente informatizado), es otro ejemplo posible. Es habitual creer, erróneamente, que se trata de un problema que debe enfocarse desde el marco conceptual de la
ética de los recursos informacionales. Este error categorial permite al hacker defenderse mediante el argumento de que no va a utilizar (ni mucho menos darcorrectamente, el hacking no deja por ello de ser una forma de violación de la privacidad.

El análisis del hacking corresponde a la ética de la información como objetivo. En ella se incluirían también temas como la seguridad, el vandalismo (desde la quema de bibliotecas y libros a la diseminación de virus), la piratería, la propiedad intelectual, el código abierto, la libertad de expresión, la censura, los filtros y el control de contenidos.El análisis realizado por Mill en «Of the Liberty of Thought and Discussion» es un clásico de la EI entendida como Ética de la Información-como-objetivo.Julieta simulando su muerte o Hamlet reconstruyendo el homicidio de su padre nos muestran que una arriesgada gestión de nuestro entorno informacional puede tener consecuencias trágicas.

Tecnologías versus ética en información

Es absolutamente necesario ser precavidos en el uso de la información. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) ofrecen extraordinarias oportunidades para ayudar a superar los desafíos sociales, políticos, económicos, ecológicos, educacionales, culturales y otros propios del desarrollo actual. Las TICs potencian la generalización del aprendizaje a lo largo de toda la vida, al facilitar la educación individualizada y contribuyen de manera ostensible a la masificación del conocimiento.

Es necesario analizar, tanto las posibilidades como los riesgos que presenta el uso de los nuevos medios de información y comunicación. En Internet, la información no tiene fronteras. La comunicación y la educación han dado grandes saltos cualitativos. Y todos estos elementos son indispensables para el desarrollo, pero sólo están garantizados para una parte de este mundo.

En las nuevas condiciones, las autopistas de la información posibilitan una nueva economía basada en una red de inteligencia humana, que se convierte en la base para la creación de riquezas en la economía global. Hoy puede asegurarse que las sociedades sin posibilidades reales de acceder a las redes de alcance global, sin una sofisticada infraestructura tecnológica y sin individuos activos e informados, no pueden tener éxito a escala mundial.

Internet es hoy una de fuentes de recursos compartidos de información más valiosas a escala mundial. Es una vía de comunicación para establecer la cooperación y la colaboración a nivel planetario. Su efecto en la socialización del conocimiento es enorme, porque el cúmulo de información es extraordinariamente grande y los períodos de transmisión y recuperación, estadísticamente despreciables.

Algunos sectores abogan actualmente por la posibilidad de desarrollar una Internet cada vez menos restrictiva, pero otros se oponen a estas ideas a causa de las ventajas lucrativas que supone el uso inteligente de la red de redes.

Mucha información disponible en Internet no se ha validado previamente por consejos científicos o editoriales; por tanto, el peligro de propagar y difundir ideas falsas, conceptos erróneos y experimentos con muestras insignificantes, que son altos. Algunos avizoran problemas enormes y previenen del caos.

La penetración rápida de las TICs en la vida diaria genera problemas sociales comunes en este nuevo mundo virtual. Sin embargo, los medios y las organizaciones que deben evitarlos o luchar contra ellos no se desarrollan a la misma velocidad. Por tanto, la agresividad, el egoísmo, la insensibilidad, la crueldad y el maltrato se manifiestan cada vez con más fuerza en el mundo electrónico.

http://isegoria.revistas.csic.es/index.php/isegoria/article/view/2/2
http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol12_3_04/aci09304.htm

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